Chipe de Townsend
A simple vista
El bosque de coníferas del noroeste del Pacífico es la casa de verano del chipe de Townsend. Allí los machos marcados de forma notoria cantan desde lo alto de las píceas y los abetos. Sus canciones bulliciosas son muy variables y algunas son similares a las del chipe de garganta negra, un pariente oriental. La mayoría de los chipes de Townsend van a México o América Central para pasar el invierno, pero unos pocos permanecen a lo largo de la costa norte de Oregón, Washington, e incluso la isla de Vancouver.
Todo el texto de la guía de aves y los mapas de distribución fueron adaptados de Lives of North American Birds de Kenn Kaufman© 1996, utilizado con permiso de Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company. Reservados todos los derechos.
Categoría
Perching Birds, Wood Warblers
IUCN Status
Least Concern
Hábitat
Arroyos and Canyons, Forests and Woodlands, High Mountains, Shrublands, Savannas, and Thickets
Región
Alaska and The North, California, Northwest, Plains, Rocky Mountains, Southwest, Texas, Western Canada
Comportamiento
Direct Flight, Flitter
Población
21.000.000
Rango e identificación
Mapa de migración y distribución
La migración se extiende durante un largo período, tanto en primavera como en otoño. En el suroeste, los migrantes aparecen en todas las elevaciones, pero son más comunes en las montañas.
Descripción
Tamaño
About the size of a Sparrow
Color
Black, Green, White, Yellow
Forma de alas
Rounded
Forma de cola
Notched, Square-tipped
Cantos y llamadas
Patrón de canto
Flat, Rising, Undulating
Tipo de canto
Buzz, Chirp/Chip, Whistle
Hábitat
Coníferas altas y bosques de abeto fresco. Durante el invierno también habitan robles, madroños y laureles. Se reproduce en lo alto de los bosques densos de coníferas al noroeste del Pacífico, tanto en el cinturón costero húmedo como en las montañas. Durante el invierno en los trópicos, se encuentran principalmente en los bosques de montaña de pinos, robles y alisos. A lo largo de la costa de California, pasan el invierno en bosques de roble y coníferas. Los que migran aparecen en los bosques de coníferas de montaña y en los árboles a orillas de arroyos en tierras bajas.
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Comportamiento
Huevos
Por lo menos 3, es común que tengan 4 o 5. Son de color blanco con manchas marrones. Se desconocen los detalles de incubación. Puede que tanto el macho como la hembra se encarguen de la incubación, que se estima que dura alrededor de 12 días.
Cría
Es posible que ambos padres alimenten a las crías. Las crías abandonan el nido entre 8 y 10 días después de la eclosión.
Comportamiento alimentario
Forrajea sobre todo en las partes más altas de los árboles. Explora de forma activa entre las ramas en busca de insectos. Suele cernerse brevemente para tomar alimento del follaje. A menudo vuela para atrapar insectos voladores. Excepto en temporada de nidificación, generalmente se alimenta en bandadas mixtas con otros chipes y otras aves pequeñas.
Dieta
principalmente insectos. Durante la nidificación come principalmente insectos, como las orugas, chinches, escarabajos, saltamontes y muchos otros. También se alimenta de algunas arañas, semillas y agallas de plantas. En áreas invernales tropicales también se alimenta de algunas bayas y néctar.
Nidificación
Los machos llegan al área de reproducción a finales de mayo y marcan su territorio a través del canto. Ponen los primeros huevos a finales de junio. Nido: Lo colocan directamente en la parte superior de la rama, por lo general, hacia los extremos de las ramas horizontales de coníferas, a una altura de entre 2,1 y 18,3 metros del suelo. Es probable que ambos construyan el nido, el cual tiene forma de copa grande de poca profundidad y está hecho de tallos de hierba, musgo, corteza de cedro y ramas de abeto, cubierto de musgo, plumas y pelo.
Vulnerabilidad
Estado de conservación
Aún frecuente y expandido.
Amenazas climáticas que enfrenta el Chipe de Townsend
Elija un escenario de temperatura a continuación para ver qué amenazas afectarán a esta especie de ave a medida que aumente el calentamiento global. Las mismas amenazas impulsadas por el cambio climático que ponen en riesgo a las aves afectarán también a otras especies de vida silvestre y a las personas.