La conservación ha recorrido un largo camino desde finales de 1800, cuando se cazaron garzas dedos dorados hasta casi extinguirlas. Pero las amenazas a las aves también han evolucionado. Hoy en día, las llamaradas de gas natural chamuscan a los vireos ojos rojos, los pozos de petróleo ahogan a los correcaminos y las turbinas de viento hacen caer a los pelícanos. Como vemos, las industrias modernas matan cientos de millones de aves al año. Con el fin de salvar las especies para el futuro, el Servicio de Peces y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS, por sus siglas en Inglés) ha empezado a reforzar una de sus herramientas más antiguas y poderosas: la Ley del Tratado de Aves Migratorias (MBTA, por sus siglas en Inglés).
Aprobado inicialmente por el Congreso hace casi un siglo, la MBTA prohíbe que la gente capture individuos de más de mil especies migratorias, y que tenga o venda cualquiera de sus partes. A pesar de que fue modificada varias veces para implementar los tratados de protección de aves con otras naciones, la ley no se ha actualizado en 44 años. En mayo de 2015, el USFWS anunció planes de crear una regla para fortalecer las protecciones de acuerdo con la ley, pero ahora está en peligro de perder su mejor oportunidad para hacerlo.
"Toda una gama de actividades industriales están matando a las aves cuando tenemos métodos simples y económicos de abordar esas amenazas", dice Mike Daulton, jefe del equipo de política de la Sociedad Nacional Audubon. "Mediante la modernización de la ley podemos conseguir controlar esas amenazas y conservar las innumerables aves". El organismo ya ha esbozado las directrices voluntarias para los servicios públicos y la industria eólica, que incluyen medidas amigables para con las aves, tales como limitar la altura de las líneas de energía y poner capuchas sobre las luces de las turbinas. A Audubon y otros grupos conservacionistas les gustaría que este tipo de precauciones sean obligatorias y la próxima norma le daría al USFWS esa oportunidad.
El organismo ha propuesto el desarrollo de un nuevo proceso de permisos para las industrias que matan especies sin intención bajo la protección del MBTA, lo que les permitirá legalmente "tomar" aves, siempre y cuando sigan ciertas medidas para minimizar las muertes. Si es esperable que las operaciones de una empresa maten muchas aves, podría estar obligada a pagar una cuota de mitigación. Los ingresos procedentes de dichas tasas y de las solicitudes de permisos podrían ayudar al organismo con problemas de liquidez a hacer cumplir la ley y procesar los permisos de manera más eficiente.
"No ha habido un nuevo marco regulador importante en el gobierno sobre asuntos ambientales en 30 años, así que esto es bastante visionario", observa Bob Dreher, vicepresidente ejecutivo de programas de conservación de Defenders of Wildlife. Hasta que se trasladó a la organización sin fines de lucro en Junio, Dreher trabajó intensamente en este esfuerzo como director asociado del USFWS. "Es un conjunto complicado de enfoques reguladores, todos ellos novedosos, y el organismo tiene que encontrar la manera de hacer que funcionen bien", aclara.
Debido a que el USFWS todavía tiene que publicar un proyecto de la ley para articular detalles específicos, no está claro qué normas incluirá. Sea cual sea el resultado final, debe beneficiar a las aves, no a la industria, sostiene Brian Rutledge, director de la Iniciativa Sagebrush Ecosystem de Audubon. "Cualquier modificación a la ley debe dificultar matar aves, no facilitarlo", dice.
Como están las cosas, el USFWS debe llevar a la corte federal a las empresas que infringen la MBTA, y el resultado varía según el caso y el juez. Este proceso de permisos podría aportar la claridad tan necesaria para ambas partes, dice Andrew Ogden, un abogado que escribió un libro blanco sobre la muerte incidental publicado en William & Mary Environmental Law and Policy Review. Cape Wind, el proyecto de energía eólica costa afuera propuesta en Nantucket Sound, planea solicitar un permiso de acuerdo con la MBTA, por ejemplo. Aunque podría solicitar un permiso de uso especial que permitiría a la granja matar aves —un permiso que el organismo ha emitido solo dos veces antes—, el permiso por muerte incidental propuesto sería más adecuado para la operación, expone Dreher.
El Departamento del Interior ha escrito una opinión jurídica sobre el alcance de su autoridad de conformidad con la ley, lo que ayudaría a evitar futuras batallas en los tribunales, pero aún tiene que publicarla. Un portavoz dijo que el USFWS en la actualidad está revisando los comentarios públicos acerca de una posible norma para los permisos, pero se negó a informar más. Los grupos de conservación, dirigidos por Audubon, están presionando en favor del organismo para seguir adelante y publicar antes de que el gobierno de Obama y que los funcionarios involucrados del USFWS abandonen el cargo.
"Tenemos una oportunidad inigualable de construir", comenta Daulton de Audubon. "Nos estamos quedando sin tiempo en esta gestión". Cuando la gestión cambie, las prioridades políticas podrían ser otras, lo que dejaría a millones de aves sin protección.