Aunque alguna vez fue una fuerza a tener en cuenta con 2.336 kilómetros de largo, hoy en día el río Colorado es uno de los ríos más amenazados del mundo. Fluye desde Colorado hasta el Golfo de California atravesando nueve estados, siete en los Estados Unidos y dos en México. Y aunque sigue siendo una fuente esencial de agua y de subsistencia, gran parte de su delta es desértico: el río se detiene a apenas 112 kilómetros del mar. Alterado por un siglo de uso excesivo y cambio climático, la región es una sombra del santuario que fue antiguamente, cuando florecía con pantanos verdes, tordos sargentos que migraban, álamos y sauces.
En 2012, Estados Unidos y México se embarcaron en una colaboración binacional sin precedentes para revivir el paisaje ribereño. Planificaron llevar más de 340 mil millones de galones de agua en dos etapas: un tercio se proporcionaría como un flujo constante de nivel bajo y dos tercios se proporcionarían como un pulso, a lo largo del reseco río Colorado. Luego de años de ajustar los detalles, las compuertas entre México y Arizona se abrieron el 23 de marzo de 2014. Durante ocho semanas, 224 mil millones de galones de agua fluyeron en pulsos a través del Colorado, inundando más de 5.000 acres de corredores fluviales y llanuras aluviales. Entonces, por primera vez desde 1997, el río se encontró con el mar, aunque brevemente.
Ahora, dos años después de implementar lo que luego se conoció como el "flujo por pulso", un equipo binacional de científicos ha publicado nuevos hallazgos sobre cómo le está yendo a la región y qué puede depararle el futuro. Conversamos con el Dr. Osvel Hinojosa Huerta, un científico radicado México y miembro del equipo que observa la vegetación y la vida silvestre en el delta, para obtener más información.
Las plantas autóctonas volvieron a crecer, y las aves lo notaron.
Los científicos registraron beneficios claros resultantes del suministro de agua al delta. El agua desencadenó el crecimiento primaveral de las plantas, y las plantas autóctonas, como los álamos y los sauces, germinaron. Un año después, los científicos encontraron que la vegetación verde a lo largo de las llanuras aluviales ribereñas era un 16 por ciento más densa.
Además de un incremento en la vegetación, los científicos también notaron una mayor abundancia y diversidad de aves a través de la llanura aluvial ribereña y los sitios de recuperación. Durante la primavera, el corredor del río Colorado es una parada importante para las aves migratorias, pero las áreas cada vez más secas no tenían el hábitat para mantenerlas. En su lugar, las aves se vieron forzadas a volar distancias más largas para buscar alimento y zonas adecuadas para la nidificación. Hinojosa Huerta informa que, luego del flujo por pulso, los investigadores reportaron un incremento notable en el número de aves migratorias en el corredor. Señala a los cuclillos pico amarillo como ejemplo. “Pasamos de no encontrar ninguno, de cero, a encontrar cinco, ocho. Aún son números muy bajos, pero al menos están apareciendo”. Mientras que las tendencias generales parecen ser positivas, es demasiado pronto para saber si persistirán.
Recuperar el hábitat del delta es un proceso a largo plazo, que requerirá un mantenimiento continuo. Después del flujo por pulso, una coalición de organizaciones no gubernamentales de conservación continuaron liberando pequeñas cantidades de agua, conocidas como flujos de base, para mantener los efectos del flujo por pulso. “Creemos que nos estamos moviendo en la dirección correcta”, dice Hinojosa Huerta.
Una mayor intervención de los seres humanos podría hacer que el flujo por pulso fuera aún mas efectivo y eficiente.
Históricamente, el río Colorado fluía rápida y poderosamente a través del delta, limpiando grandes áreas de vegetación vieja para dar lugar a que las plantas autóctonas, como los álamos y los sauces, germinaran y crecieran nuevamente. Pero resulta que el flujo por pulso no fue lo suficientemente poderoso para imitar este efecto. Aunque algunas semillas de álamo y sauce sí crecieron, “fue muy localizado, no extendido”, dice Hinojosa Huerta. La próxima vez, dice, podrán mejorar el crecimiento de plantas nuevas si remueven la vegetación vieja y no autóctona de forma manual antes de llevar el agua. En las zonas de recuperación donde se removió la vegetación no autóctona antes del flujo por pulso, las plantas autóctonas crecieron mucho mejor.
Casi toda el agua del flujo por pulso se llevó desde un mismo punto, la represa Morelos que se encuentra en la frontera entre Arizona y México, y parte del agua se perdió en el camino debido a la evaporación y la filtración. “Hemos aprendido que podemos ser más eficientes con el agua del medioambiente”, dice Hinojosa Huerta, si aprovechamos la infraestructura hidráulica existente en México para llevar agua a los sitios de recuperación. En otras palabras, llevar el agua desde varios puntos de suministro más cercanos puede reducir la pérdida de agua.
¿Cómo sería el “flujo por pulso 2.0”?
Hinojosa Huerta imagina un suministro de agua más eficiente y dirigido. “En lugar de hacer un gran flujo por pulso, probablemente realicemos pulsos más pequeños y más estratégicos en los sitios clave”.
A pesar de que las políticas sobre el agua pueden ser muy polémicas, los residentes locales fueron los patrocinadores clave en la iniciativa del flujo por pulso.
“Hemos descubierto que realmente podemos contar con ese apoyo y colaboración con los administradores y los usuarios del agua en México para mover ese agua. Nos han apoyado mucho, siempre y cuando no afecte a la agricultura”, dice Hinojosa Huerta.
Más allá de la vida silvestre, el flujo por pulso inspiró esperanza entre los residentes locales.
“La respuesta social— eso fue increíble”, dice Hinojosa Huerta. Recuerda lo que pasó en la ciudad fronteriza de San Luis Río Colorado, donde el río del mismo nombre había prácticamente desaparecido. “Cuando el río regresó, fue como una fiesta en la ciudad todos los días. Miles de personas celebraban en el río. Y, en especial, ver a las generaciones más jóvenes que nunca habían visto el río, eso fue increíble. Las generaciones más viejas, que habían visto el río antes, tenían lágrimas en los ojos. Creo que muchas personas... nunca pensaron que verían eso en sus vidas”.
De hecho, el flujo por pulso inspiró a muchos defensores de los derechos de aguas, incluso más allá del continente.
La nueva directora del proyecto del Río Colorado de Audubon, Jennifer Pitt, quién tuvo un papel fundamental en las negociaciones y trabajó con las organizaciones no gubernamentales para adquirir los derechos de aguas de los habitantes locales, incluyendo productores agrícolas mexicanos que estuvieran dispuestos a venderlos, describe el acuerdo como “un modelo que puede funcionar entre cualquier jurisdicción que comparte un suministro de agua”. Ella e Hinojosa Huerta dicen que tanto grupos involucrados con la recuperación de ríos tan cercanos como el río Grande como grupos del centro y el este de Asia se han comunicado para expresar interés en el concepto de compartir el agua.
Consejo para futuros emprendedores del flujo por pulso:
Diseñar e implementar el flujo por pulso requirió una gran planificación y una coordinación cuidadosa, por lo que Hinojosa Huerta enfatiza la importancia de la perseverancia y de los datos científicos sólidos. También dice que es importante comunicarse y desarrollar relaciones positivas con los residentes locales, como los productores agrícolas que dependen del río para regar sus cultivos y mantener su medio de subsistencia. “Es verdaderamente importante entender las necesidades del otro, y también el marco político y socioeconómico de la [región] en particular”.