“Mi casa es su casa” no es algo que aplique siempre en el mundo de las aves. La competencia por los mejores territorios puede ser tan feroz que algunas especies prefieren evitarla del todo.
El Azulejo Pálido es ejemplo de ello. Parte de su población se reproduce en los pastizales de la Columbia Británica, en Canadá, a donde llegan a principios de marzo cuando las cajas para anidar aún no han sido ocupadas. Suelen llegar dos semanas antes que sus vecinos, las Golondrinas Bicolor.
Pero los Azulejos Pálidos podrían pronto estar en desventaja, de acuerdo con un nuevo estudio publicado hoy en The Auk: Ornithological Advances. A medida que el cambio climático altera las estaciones del año, las Golondrinas Bicolor migran antes de lo usual, generando disputas con sus rivales cerúleos.
Karen Wiebe, ornitóloga de la Universidad de Saskatchewan y autora principal del estudio, pasó los últimos dos años estudiando cómo azulejos y golondrinas compiten por espacios de reproducción y anidamiento. Para ello, Wiebe diseñó un experimento en el que colocó cajas idénticas de madera contrachapada en postes ubicados cerca del arroyo Riske y el lago Williams, en la zona central de la Columbia Británica. Observando las relaciones entre vecinos, Wiebe se dio cuenta de que la especie que llega primero es la que generalmente logra colonizar el espacio exitosamente.
“Cuando una pareja de azulejos y una pareja de golondrinas se hacían vecinos en las dos cajas, escogía una de las cajas al azar y bloqueaba la puerta. Luego revisaba la segunda y única caja disponible periódicamente. La especie que lograba colocar sus huevos en la caja disponible primero era considerada como la ganadora”, explica Wiebe. “Los Azulejos Pálidos fueron capaces de defender sus cajas contra las golondrinas 77 por ciento de las veces. Claramente, tienen ventaja de mantener sus nidos si llegan primero”.
Para los azulejos, poner huevos primero es una prioridad. De acuerdo con las observaciones de Wiebe, estas aves anidan, en promedio, siete días antes que las golondrinas.
Posteriormente, la investigadora condujo otro experimento en el que ambos pares de aves estaban ya en el proceso de construir sus nidos dentro de las cajas. Casi de inmediato, Wiebe removió ambas cajas y colocó una tercera caja vacía en un poste distinto. En este caso, “las golondrinas ganaron entre 65 y 70 por ciento de las veces que competían por una caja nueva”.
Ambas especies han sido clasificadas como amenazadas por el clima en el Informe de Audubon sobre Aves y Cambio Climático. Un estudio publicado en 1999 documentó la posibilidad de que las golondrinas estén cambiando su cronograma migratorio, como una respuesta de adaptación al cambio climático. Pero es necesario realizar nuevas investigaciones para entender si esta tendencia continúa siendo relevante, dice Chad Wilsey, director de ciencias de la conservación de Audubon.
“Desafortunadamente, nuestro modelo de cambio climático no mide la temporalidad de eventos ecológicos específicos (como la migración)”, explica Wilsey. “Este artículo tiene observaciones interesantes en cómo algunas aves son mejores en la defensa que al ataque, pero necesitamos más datos para saber si el cambio climático juega algún rol aquí”.